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Obradoiro Escritura creativa – Día Internacional dos Museos

Do obradoiro “Escritura creativa” dos xoves saen relatos tan fermosos coma os que compartimos a continuación de Ana Valentina, Elena e Valle. Nesta ocasión, co gallo do Día Internacional dos Museos, escribimos sobre o que significa para nós O Vello Cárcere. Grazas!

«No sé bien cómo empezar a contar lo que O Vello Cárcere significa. No sé porque muchas historias se entrelazan. Así es la memoria. Decía Buñuel que “Una vida sin memoria no sería vida, como una inteligencia sin posibilidad de expresarse no sería inteligencia”.

Tal vez lo más sencillo (y tampoco tanto) sea hacer un desfile de personas, de colectividades, de ideas de esas que no mueren aunque lo hagan las primeras y primeros que las imaginaron.

Pasa en primer lugar mi abuelo Modesto que estuvo preso en Gijón con su hermano Aurelio, del cual yo ignoraba todo hasta que llegué a Lugo. Pasan mis profesoras y profesores del Instituto Luis Vives fundado por republicanos españoles, quienes llegaron niños, en barcos, a un México desconocido y que me enseñaron mucho de lo que sé sobre el amor en la enseñanza, que me instruyeron en el pensamiento crítico y humanista, que me enseñaron más allá de lo que indicaba el programa escolar: la solidaridad, el respeto, la construcción colectiva. De sus manos vienen también las misiones pedagógicas, de las que estoy segura que heredaron sueños. Y ahora, se incorpora Gregorio Sanz, que con sus palabras en un libro sigue ejerciendo de maestro, contándome la historia inolvidable de lo que ocurrió dentro de las paredes de O Vello Cárcere, para que no se siga repitiendo la sinrazón y el odio.

En O Vello Cárcere todxs ellxs, porque más que un museo es un espacio de memoria, una casa que debe ser cuidada para que nunca entre el olvido, regada colectivamente para que siga creciendo.»

Ana Valentina López de Cea

«Parece mentira que, nun espacio que noutros tempos privaba e prohibía, alente a miña imaxinación para a escrita. Os seus muros teñen historias tristes, negras, tortuosas, pero hoxe en día a vida, a creación, a cultura vense en cada recuncho do edificio.

A poboación de Lugo ten sorte de contar cun lugar onde non se fala con medo do acontecido, e onde o bulir do coñecemento chega a tódalas idades.

Eu,  que o coñecín como uso da policía local antes da restauración, asómbrame a súa conversión. De cómo do horror e a morte pódense sacar aires de paz e perdón.  Ás veces, recórroo sen máis, querendo escoitar no silenzo a paz dos encarcelados e torturados. Poñerme no medio do patio e dar as grazas pola loita e o esforzo.

Vello Cárcere, es un dos lugares onde son libre!!»

Elena Varela Vázquez, lectora e escritora tardía

«Vengo los jueves con ilusión, podría decir que a pesar del frío que me entra en los huesos y hace que me castañeteen los dientes, me siento iluminada.

Sí, iluminada de claridad por la poca duda que me queda cuando salgo y cierro la puerta de casa y a unos doscientos pasos escasos llego al lugar de los jueves.

Qué dualidad:

Ilusión, iluminada ante la realidad de la otra puerta que abro, O Vello Cárcere, por Dios, que doy un paso y me encuentro un espacio acogedor, contemporáneo y al pasar el primer tramo veo la otra puerta, la que lleva al pasillo sin techo que termina en el otro portalón donde la luz, la real, ya no es blanca, es una luz gris y su ambiente se llena de nebulosa.

Que si de aquí salí y de allí sobreviví, de Segovia a Lugo fortalecí.

Enriqueta Otero me inspira, me dice que el camino hecho es el que funde con calor y da color a ésta, la vida.

Para vosotras, las otras Enriquetas… Alba, Bárbara, Patri, Elena, A. Valentina…»

Valle Gutiérrez

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